miércoles, 28 de julio de 2010
Desolación
Mirarme hoy…
es como mirar un paisaje,
como mirar un paisaje desprovisto de colores.
mirar el azote de las olas contra el roquerío
y no sentir su dolorosa voz,
no sentir su insistente clamor, ni
ver su infatigable sufrir.
Mirarme hoy es pararse bajo la lluvia,
es sentir el frio y la soledad de aquel momento,
y confundir la lluvia con lagrimas.
será de esas lagrimas que te bañan completamente
un instante con tu propio dolor.
Eterno dolor que descubre ese llorar,
Llorar eterno de tu alma.
Mirarme hoy…
es lanzar una pequeñita piedra al mar, y
verte reflejado en ella al momento de caer,
caer y perderse lentamente en la obscuridad infinita
y provocadora del océano.
Paulatinamente pienso en el final,
Desaparecer de este espacio
en el que no concuerdan, ni si quiera una,
una de mis palabras, o ideas en plenitud.
Sombra del hombre que fui es lo que queda,
Eterna sombra que me cubriste amargamente.
Mirarme hoy es …
Es observar un océano completamente muerto en ti.
Completamente seco y sin vida.
Una pálida expresión a espera de nada.
Agonía pura un estilo no descrito,
Constante, duradera, irrevocable.
Mirarme hoy es angustiarse en el alma,
Es llorar incesante y espontáneamente.
Es doblar las rodillas y caer,
Hundirse sin ánimos de levantarse,
Desplomarse para ya no pararse más…
Mirarme hoy es mejor dejar de intentar mirar,
es mirar una sonrisa corrida de un payaso
en un vidrio roto en un lugar abandonado y
diez segundos después mirar el polvo de ese lugar e imaginar
palabras de ella, un tibio jajaja quizás, intentando
(recordar el momento en que se dejo de ser feliz).
mirarme hoy es morir del susto
es querer quitarse la vida por el sufrimiento adverso
mirar hoy mi figura es simplemente mirar
nostalgia, añoranza, pena
tristeza en su más alto término,
es mirar la huella del desvelo en realidad.
mirar el peso de los sentimiento en
la condena del amor, mirarme es
desolación…
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1 comentario:
Bueno este es un tanto especial, como a mi me gustan con más de algún secreto escondido.
De más está decir que las palabras de color rojo se leen desde el principio hasta el final, y las de amarillo, desde el final hacia el comienzo.
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