miércoles, 11 de junio de 2008

ODA AL DULCE MORIR

En un bosque de ilusiones
donde el frío nubla la mente,
me despierto preso del alma
ajena que rodea mi lecho
de hojas verdes y marchitas
que se esparcen por el viento
y se recogen en el río,
que muestra un lejano sendero
del cual no sé si guiar mis pasos
esperanzado a encontrarla...

"Otra noche más aquí,
con Fran (oscuridad), con Roch (viento),
y Val (la luna)"

"Otra noche más escuchando y viendo
como Fran y Val se pelean por adueñarse de la noche,
y sintiendo a Roch como intenta separalas,
llevando lo que se le antoja si es ligero para ello,
pero sin grandes resultados debido
a sus choques con los árboles y las rocas".

Oh! Val, tú que ves desde allí a mi amada,
¿por qué no bajas y me informas qué hace y cómo se ve esta noche?
¡No! mejor sólo alumbra su camino y protégela,
sólo acógela con tu gran facha y déjala descansar,
con gran alivio soñar...

Roch!, Roch!, Hazme un favor
y lleva con tu poder esta carta escrita
con la sangre que recorre mi cuerpo
a mi amada en donde esté,
para que recuerde cuánto la amo y la pienso siempre.
por favor Roch, hazlo por mí,
por quien te clama un poco de compasión infinita
(si supieras cuánto la amo, y la he esperado en este sitio,
como acordamos la noche en que dejó de ser...)

¡Señora viuda!, !Señora viuda!,
¿por qué no me lleva a su morada?,
¿por qué no me toma y me deja descansar en su cuarto
junto a Fran en mis sueños?
¡por qué!, tan mesquina con uno que
sólo espera su turno para acompañarla
a cambio de una oportunidad para mi princesa
que yace justo aquí bajo mis pies
descalzos para no dañarla,
¡No Fran!, ¡No!,
no te la lleves,
aún no termino de implorarle por mi alma,
por favor!, compasión de mí, por favor!,

Tú mariposa, que no dejas mi libre albedrío,
¿por qué no dejas que ponga este puñal en mi pecho?
dentro de mi corazón, para alcanzar a ver la luz
y así correr por el sendero del río y encontrarme junto a ella
en un lugar tan angelical como su sonrisa,
que no deja de dar vueltas en mi mente desde el día en que la vi
en aquella plaza maldita y bendita que nos unió
y nos separó en un abrir y cerrar de ojos...

Tú, rocío de mañana, que mojas las hojas,
y sacas el más puro olor de la tierra,
tú, amanecer entre cerros y nubes que
por tan poco tiempo despertaste mi existencia
y alumbraste mi camino,
con esos ojos color cobre
que junto a tus pestañas de crespa figura
forman hoy la razón de mi partir...

Sí!, haré caso a mi corazón
que aprieta mucho más fuerte
y casi no me deja respirar
y me iré por el sendero blanco como nieve
en el patio de la viuda
que de seguro me cobrará peaje,
el cual con gustó pagaré.

Adiós Val, adiós mariposa,
nos vemos Roch,
aquí, aquí estoy Fran,
acompaña mi alma donde la viuda,
aquella que se llevó a mi amada
y espero me lleve tan bien a mí.

¡ahaaahaa! Qué dolor causa
este puñal en mi pecho, ¡qué dolor!,
ahora sí estoy listo Fran,
llévame donde está la viuda,
mira! de aquí se ve mi cuerpo tendido
en el pasto con rosas color carmesí
brotando desde mi pecho sin cesar,
sólo lamento ya no vigilar más tu lecho amada mía.
pero a cambio cuidaré tus pasos
y los conduciré a los míos,
te tomaré en mis brazos y saltaré nube tras nube,
para disfrutar contigo el mejor de los atardeceres....
¡al fin! estoy en el fin del sendero
al frente de la gran puerta
firmando un gran libro
y observando tus ojos de sorpresa al verme.

Bueno, mi estimado lector, me despido
de su grata compañía, porque está corriendo justo hacia mí,
y desde hoy no tendré más tiempo de escribir,
porque después de muerto
sólo para ella mi alma va a existir,
eternamente hasta el verdadero fin...

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