A veces siento que eres todo,
mi cobija en las noches de invierno,
la luz que se cuela en mi cuarto cada mañana,
la brisa tenue de un otoño eterno,
el titilar seductor de una estrella lejana.
A veces siento que eres todo,
la fragilidad de una línea dibujada en la arena,
la suavidad de una lágrima de alegría en primavera,
la fuerza de un abrazo que se ha contenido en el tiempo,
la ilusión que se anida en las nubes que se mueven al compás
del viento.
A veces siento que eres todo,
eres esa canción que evoca un recuerdo,
eres la palabra que alarga mi verso.
La fuente de mi juventud,
la calma cuando todo es adverso.
A veces siento que eres todo,
la brújula de mi destino,
el amanecer de mis emociones,
la virtud, en medio del camino.
la gravedad que aterriza mis acciones,
la sangre de mi tierra, el vino…
A veces siento que eres todo,
la impaciencia de los segundos que apresurados van
consumiendo el futuro,
la lentitud con la que se extingue una vela,
la vitalidad de un riachuelo que corre puro,
la satisfacción de una buena cena.
A veces siento que eres todo,
y aun así eres más.
Contigo siento que soy dueño de mi libertad, de mi paz.
Contigo siento que puedo dormir tranquilo cuando el día
termina,
y parar el tiempo a mi antojo.
Contigo ¡vivo! la vida,
no la miro de ojo.
A veces siento que eres todo,
y aún así eres más.
Por ti no tengo límites para crecer,
ni la necesidad de mirar atrás.
Eres mi motivación, mi energía,
mi juicio, mi rebeldía,
Eres la ladrona de mis sueños,
de mis noches, de mis días,
Eres ese barco que se ve en la bahía,
lleno de esperanza, esfuerzo e ilusión.
Eres el palpitar inconsciente de mi corazón…
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