domingo, 17 de mayo de 2009
Mírame como la primera vez
Hoy vi tus ojos.
Miré a través de ellos los míos,
y me di cuenta de algo…
Lloré y esa lágrima reflejó tu rostro vacío,
Lleno de nada más que el color de tus ojos.
Me perdí un momento y al llegar nuevamente estaba allí,
Solo…,
como si en realidad no estuviera…
A través de tus ojos,…
Con un aspecto de estremecimiento, de incredulidad,
De desilusión, no tenía color en los labios,
No cargaba nada en las manos,
En mi semblante aparecía el camino, la huella, de dos ríos secos
que terminaban en el colgar de esa lagrima, esa última gota de desesperanza
que me permitía verte en su interior.
¿Cuánto se puede perder por amor?.
Dos universos azules llenos de estrellas que inevitablemente
Reflejaban tu estado de ánimo,
es lo único que me queda ti,
mi mente aun parece recordar la superficie de tus ojos,
esos realmente vivos, que daban sentido a los míos.
Parece una mentira, realmente una mentira,
¿cuánto se puede creer en algo que parece irreal,
o se quiere pensar irreal?.
Creo recordar aun esa parte de tus ojos que se encubría en un azul profundo,
Graciosamente una aurora boreal que escondía la luz de miles de astros,
se prestaba como lecho a un agujero negro intenso que te permitía ver mi rostro.
Recuerdo tu olor, tus besos,
Por favor no te alejes de mí,
Tómame de nuevo,
Mírame nuevamente con tus ojos
con tus pequeños ojos azules.
Por favor mírame aun en tu corazón.
mírame con la fuerza de ayer.
Tengo un sueño,
quizás algo loco, pero es lo único que me aferra a ti,
quisiera que fuera verdad,
egoístamente cierto, sin espacio a dejarte ir.
Pero al comprender que es mejor así,
prefiero no dormir,
para dejarte ir,
tanto dolor cae sobre mi
que no puedo , no puedo……
seguir sin ti…
Una vez más me quedo plantado
en el recuerdo de esa acuarela
de fondo blanco puro,
cálido, razón de mi sufrir,
¿cuánto se puede pedir antes del adiós?;
¿Cómo se vuelven las palabras a los labios
y con ellas el tiempo a su lugar inicial?.
¿Cómo se pueden devolver los dichos,
apretados del interior, para que los átomos
dejen su camino un minuto y me permitan traspasar esa barrera que te aparta de mí?.
¿Será posible creer que la muerte es sólo un sueño eterno,
Que no tiene fin definido, ni lugar seguro?.
A veces en medio del dolor, de la angustia de no tenerte,
vuelvo a reconstruir de entre las paredes frías de mi alcoba
aquellas imágenes auditivas que se conservaron por los años,
en busca de una pizca de ti,
de un pedazo de mi vida terrenal
de mis deseos de humanidad,
y me pregunto quien soy yo para llorar por ti
para perderme en tus manos
y besar el cierre de tus parpados en el ocaso del día.
¿Era yó, aquel que dormía junto al crespo de tus pestañas cada noche?
y hoy vive en la inmensidad de tu mirada vacía, perdida en el cielo.
No hace falta responder,
el repentino comprimir de mi garganta
creo ya respondió esa pregunta antes de siquiera reflexionar mi mente
en un tembloro sí.
Ven bebamos de esta copa como antaño,
antes de que se consuma completamente en mis labios.
De donde estés saborea conmigo ese tinto añejo de viñas chilenas,
tan peculiares, enigmaticas, solitarias,
descubramos juntos aquellos secretos
que se perdieron en las noches brumosas de mi país.
Aun conservo la primera mirada que me diste
Como si fuera en este instante;
Que violines esos de la catedral.
Que prodigiosas tus manos de pluma que le daban vida a esos
Sonetos tan estremecedores, que parecían enloquecer, pero terminaban
Tan suaves que podrían dormir a un pequeño,
O a un hombre cansado de vivir.
Siempre he querido saber el final de ese libro.
ese que no termine de escribir,
Es sólo parte del regalo que tenía para nuestro aniversario.
Sé que lo aceptaras como está, sin final.
Después de todo tu también paraste antes de su fin mi vida.
Tengo algo más que decir
Y es lo último que espero se recuerde mí,
Sólo tuve un amor, un sueño,
un deseo y una razón para decir adiós,
Ya lo sabes, lo imaginas, lo percibes,
Si es que yo giré mi vida entorno a ti,
como en nuestro primer vals,
gire mi vida junto a ti,
y nos perdimos en un si,
en una sonrisa, en una copa carmecí,
en una ráfaga de viento
en un soplo del alma,
en una razón para vivir,
en una fantasía que creimos eterna,
pero como todo llegó a su fin.
Sin advertencia,
con la dureza misma con que cae el invierno
llegó a su fin.
Sólo espero que no se recuerde mi nombre
sino el tuyo.
Que mis logros se derritan
ante la luz de los tuyos,
y que mis ojos nunca dejen de ver
como me miraste la primera vez,
con esa confianza absoluta
que se ufanaba en mí.
y esa mirada de admiración,
la mía,
que desde ese minuto
nunca dejó de hacer referencia a ti.
Sólo espero que todos recuerden
Que mis ojos se dilataron al mismo tiempo que los tuyos.
En el mismo segundo
en que la tierra se baño de tu sangre
Y se baño de la mía,
Como se baña en el amanecer de los días
Con la bruma.
Sólo espero que todos recuerden
Que yo partí tuyo
Y tu partiste mía,
razón de mis días....
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